Se podría decir que desde la Revolución Industrial todos los sectores productivos han evolucionado de una forma vertiginosa gracias a la producción en serie o en cadena, cuyo fin es el de maximizar la eficiencia y reducir costes estandarizando todos los procesos. Sin embargo, en el sector de la construcción, y más concretamente en el de la edificación, los procesos industriales han sido muy limitados, debido quizá a que las viviendas prefabricadas siempre se han considerado construcciones de menor calidad comparándolas con las de obra, y ciertos aspectos como la seguridad, la comodidad o la privacidad no estaban totalmente garantizados. Con el paso de los años y debido a la mejora de los métodos y soluciones constructivas, así como la crisis en el mercado inmobiliario, ha potenciado que surjan nuevos modelos más económicos, precisos y sobre todo eficientes y ecológicos en el sector de la edificación.